“Reza para que no te odie con la misma ceguera con la que te amé”
¿Qué decir de esta novela que ya no
se haya dicho? Antes de leerla conocía las opiniones de muchos lectores y
cuando al fin pude tenerla entre mis manos tenía muchas expectativas, lo bueno
es que todas se superaron.
ÁNGELES IBIRIKA es una autora que lleva el amor a un extremo que nunca me había planteado.
Sus personajes son tan humanos que nunca los verás actuar de manera
estereotipada sino que asumen comportamientos según la personalidad que les ha
tocado.
Así encontramos a un Mikel Arteaga,
un artista, soñador, romántico y amante de la vida que un día encontró el amor
de su vida de forma “casual”, y sin pensarlo dos veces se entregó en cuerpo y
alma a una relación que lo atrapó desde el primer instante. Y a Ane Zabalegui,
una policía con un alto sentido de la responsabilidad, cariñosa, leal y
dedicada, quién terminó enamorándose del hombre que debía vigilar.
La novela comienza cuando Mikel sale
de la cárcel después de pasar cuatro años tras las rejas. Aún no está
completamente libre, pero está dispuesto a liberar su alma del odio que lo ha
agobiado cada segundo de su existencia. La mujer que amaba lo traicionó y
colaboró para que terminara encerrado en ese infierno. Perdió a su hermano
menor por ese hecho, perdió su vida, sus amigos, sus sueños y sus logros, todo
se le fue en una misma tarde, incluso las esperanzas que había puesto en ese
profundo amor.
Su único propósito es vengarse y
movido por esa finalidad es que actúa. En la novela romántica solemos encontrar
protagonistas golpeados, traumatizados, torturados, que sin embargo suelen
ablandarse cuando se encuentran con el amor de su vida. Aquí no, la presencia
de Ane endurece aún más a Mikel y lo hace actuar de forma brusca y poco
sentimental frente a ella. Se muere de amor, pero el encierro, las pérdidas, la
rabia y el dolor lo ciegan. Muchos critican su actitud, pero ¿qué esperan de un
hombre que ha pasado por tanta angustia?
Por otro lado está Ane, quien
también terminó afectada por aquellos sucesos, hasta el punto de transformar su
vida casi por completo. Al encontrarse a Mikel se le despierta la emoción,
nunca dejó de amarlo ni mucho menos dejó de sentirse arrepentida por no haberlo
ayudado antes de tiempo. Acepta con sumisión su trato (actitud criticada por
muchos), pero yo continúo, ¿qué se espera de una mujer que fue policía y sabe
cómo afecta la prisión en la mente del convicto? Además, LO AMA, y en cierto
modo quiere ayudarlo a descargar su pena y superarla. Y su pena es ELLA.
ÁNGELES trabaja la
historia de forma sublime, al principio pareciera un poco lenta, ya que los
personajes se van adaptando a la nueva situación, pero llega un punto en que la
rapidez aumenta y te adsorbe como si fuera un torbellino. Yo pensé que leería
una hermosa novela romántica cargada de sentimentalismo, como todos la
describían, pero no fue así, aquí además uno se encuentra con una intriga bien
llevada y acción en buenas dosis. Cada capítulo aporta una pista que nos ayuda
a entender por qué sucedió lo que sucedió y cómo terminarán las cosas. La
autora se vale mucho de los saltos en el tiempo, donde los personajes recuerdan
lo sucedido hace cuatro años mientras viven su día a día. Es como si tuviéramos
que armar dos rompecabezas al mismo tiempo. Incluso, el escenario utilizado le
aporta más crudeza a la historia. No porque sea Bilbao, sino porque la
desarrolla durante un crudo invierno que pretende enfriar el ardor de los
sentimientos que se desbordan entre los protagonistas. Para mí fue
MAGISTRAL.